En noviembre de cada año se lleva a cabo la Semana Mundial de la Concienciación del Uso de Antibióticos, impulsada por la Organización Mundial de la Salud, cuyo objetivo es aumentar la concienciación mundial sobre la resistencia a los antibióticos y fomentar las mejores prácticas entre el público en general, los trabajadores de la salud y los responsables de la formulación de políticas para evitar que la resistencia a los antibióticos siga apareciendo y propagándose. (OMS, 2019)
Pero, ¿por qué a la OMS le interesa el uso de los antibióticos?
Esto se debe a algo llamado “Resistencia a los antibióticos” un proceso natural que se produce cuando microorganismos como virus, bacterias o parásitos modifican su genoma y se vuelven resistentes a los medicamentos.
Al ser un proceso natural no debería preocuparnos pero diversos organismos de la salud han detectado en años recientes un inusual aumento en la resistencia de los microorganismos a los antibióticos debido al uso indiscriminado que la población ha hecho de los medicamentos antimicrobianos. Tan sólo en países en vías de desarrollo se ha detectado un incremento del 100% entre los años 2000 y 2015.
Estudios recientes indican que el 60% de los antibióticos que se prescriben se hacen en forma ambulatoria. El 60% de ellos en niños con patologías de vía aérea superior, que son en su mayoría de origen viral, y no requieren antibióticos, solo control sintomático. Un 30% de los antibióticos prescriptos en la escena ambulatoria son innecesarios.
Este es un problema serio ya que como comenta el médico José Sifuentes Osornio “…hoy una infección resistente puede causar la muerte, diseminarse a otras personas y generar costos económicos y sociales muy grandes”
Los estudiosos del tema calculan que para 2050 habrá unas diez millones de muertes atribuibles a organismos resistentes a los antibióticos. En México se han identificado por los menos cinco bacterias resistentes a su tratamiento, entre ellas el neumococo, la salmonela y la escherichia coli, que es la principal responsable de la infecciones urinarias.
El problema más allá de la automedicación humana
El problema ha ido abarcando otras esferas más allá de la automedicación o prescripciones ambulatorias inecesarias. Se ha alertado también sobre el uso indiscriminado de antibióticos en animales de consumo (ganadería, acuicultura y agricultura), los antibióticos son usados principalmente para favorecer el crecimiento o prevenir enfermedades y es a través de su consumo que pueden transmitirnos bacterias que hayan desarrollado resistencia por el medicamento que se les administra de forma indiscriminada.
A nivel mundial se estima que se utilizan 13 millones de kilos de antibióticos en animales cada año. Los antibióticos se emplean también como profilácticos en acuicultura y agricultura, y algunos de ellos no son biodegradables.
La OMS denuncia que más del 80% de consumo de antibióticos de importancia médica se hace principalmente para estimular el crecimiento en animales sanos.
Acciones para contrarestar la resistencia a los antibióticos ¿Qué deben hacer los trabajadores de la salud?
Para ayudar a contrarestar este problema mundial, se han propuesto diversas acciones desde el lado profesional entre médicos, farmacéuticos y público en general.
La Organización Mundial de la Salud plantea promover el uso de racional de medicamentos, sobre todo en el caso de los antibióticos, corresponde entonces a los trabajadores de la salud, como los farmacéuticos tomar conciencia y participar activamente en disminuir este problema mediante unos sencillos pasos:
La receta del médico es el comprobante de que el paciente ha sido atendido de sus síntomas y correctamente medicado, el antibiótico recetado cumplirá su función para el padecimiento diagnosticado. Surtir antimicrobianos sin receta fomenta que el paciente se automedique y probablemente empeore su enfermedad y acelere la resistencia microbiana.
Es muy probable que existan muchos pacientes con la idea errónea de que el antibiótico aliviará su resfriado. Como dispensadores de medicamento es nuestro deber orientar al paciente respecto a este tema. Se han realizado extensas campañas sobre el tema a nivel gubernamental y entre las instituciones de salud.
Para tratar los síntomas de la gripe existe otro tipo de medicamento, los antihistamínicos, descongestionantes y analgésicos pero lo mejor ante cualquier caso es la prevención de la enfermedad.
Es común que el paciente enfermo comience a notar mejoras antes de terminar el tratamiento y abandone su medicación. Debemos enfatizar al paciente que si incurre en el término anticipado de la toma de su medicamento potencia la resistencia de los microorganismos al medicamento recetado.
Si un paciente acude a nuestro negocio con la idea de que “necesita un antibiótico más fuerte” debemos redirigirlo al médico que lo ha estado tratando para que lo evalúe y vuelva a prescribirlo, sólo con la nueva receta podrá surtirse un nuevo antibiótico.
Recordar a los pacientes las medidas higiénico-sanitarias básicas como el lavado de manos, cubrir boca al estornudar o toser, incluso fomentar el uso de cubrebocas cuando se está enfermo, cuidar cambios de temperatura, una buena alimentación son acciones de prevención muy efectivas que ahorrarán la visita del paciente al médico y por consecuencia el uso de antibiótico.
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¿Qué puede hacer el paciente? ¡Evitar el contagio!
Es importante saber que los pacientes también deben participar para frenae este problema de resistencia a los antibióticos. Siguiendo las recomendaciones que la OMS tiene para el público en general podremos ver cambios notorios y evitar que esto cobre millones de vidas a futuro.
- Lavarse las manos constantemente
- No tener relaciones sexuales sin protección
- Contar con esquema de vacunación completo
- Utilizar los antibióticos sólo cuando nos sean recetados y no interrumpir el tratamiento
- Pedir al médico instrucciones precisas para la toma de medicamento
Si los trabajadores de la salud, gobierno y público en general no toman acciones concretas sobre este problema no habrá medicamento patente o genérico capaz de curar las enfermedades que hoy todavía son tratables haciéndolas mortales en un futuro cercano. Los laboratorios tendrán que acelerar las investigaciones para lograr nuevos medicamentos que curen las enfermedades del futuro, pero en el camino mucha gente perderá la vida.
Si te interesa participar y difundir esta alerta con tus conocidos o en tu negocio descarga el material que la OMS preparó para la campaña 2019